¿De que trata? Ni yo mismo lo se del todo, me dejare llevar, abarcaré muchos temas y muchos conceptos pero todo le sucederá a un personaje el cual es una de las partes mas importantes de una organización que no es del todo trigo limpio. Por ellos vivirá ciertas situaciones que pondrán al limite sus habilidades sobrehumanas contra otros humanos y otras cosas... pero no quiero adelantar nada, ojala pueda tirarlo adelante y que pueda disfrutarlo la gente leyéndolo tanto como yo escribiéndolo.
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David entró en el bar y se sentó en
la barra, casi al instante el camarero se le acercó. Era un hombre
de unos cuarenta años con una incipiente calva y una barriga que
comenzaba a mostrar una dieta a base de cerveza y comida basura.
-¿Que te pongo?- le dijo a David
apoyándose en su mano derecha.
-Una cerveza. Ten, quédate el cambio-
contesto David ofreciéndole un billete de diez.
El barman rápidamente colocó la
botella en el mostrador y se quedo mirando a su cliente unos
segundos. La gabardina de cuero negra casi le llegaba a los tobillos,
la parte delantera al estar abierta mostraba una camiseta azul oscuro
y un tejano oscuro desgastado. Tenia el cabello totalmente peinado
hacia arriba a excepción de un pequeño mechón que rozaba sus
cejas. Pero lo que mas le llamó la atención era que aun siendo de
noche aquel hombre seguía llevando unas pequeñas gafas de sol
negras que ocultaban sus ojos. Todo ello junto con un físico nada
despreciable asustó un poco al hombre que comenzó a pensar si
formaría parte de alguna nueva banda de la ciudad.
-¿Pasa algo?- dijo el joven al
camarero haciendo que diera un respingo
-Nada, nada- exclamo el barman al salir
de su ensimismamiento- tan solo es que no suele venir gente como tu
por aquí.
-Ya veo... bueno, no importa, tampoco
me quedare mucho- suspiro el joven y se dio la vuelta acabándose de
un trago la cerveza al tiempo que tres hombres se levantaban de la
mesa de fondo del establecimiento.
Antes de que el barman se diera cuenta
David saco de su gabardina una pistola, tan grande como su brazo, y
disparo un solo tiro que destrozo la cabeza del hombre central.
Los otros dos comenzaron a disparar con
unos subfusiles que habían escondido tras las sillas y una de las
balas hirieron al hombre tras la barra, mientras que David saltaba y
se escondía junto a el.
De pronto el camarero comenzó a
convulsionar y tras unos segundos miró a David con unos ojos que
rápidamente se tornaban de un rojo apagado.
-Lo siento.
Tras decir eso el joven le apuntó a la
cabeza y le disparó haciéndola desaparecer en una nube de humo y
sangre.
Los dos agresores que seguían en pie
continuaban disparando, la lluvia de balas parecía interminable y
David suspiró, alzó la mano y se quitó las gafas dejando ver unos
ojos color esmeralda que brillaron en la oscuridad de su escondite.