domingo, 5 de octubre de 2014

Annabelle: Esperanza por que sea una buena película

En menos de una semana se estrenara por fin Annabelle, algo que llevo esperando varios meses, sin embargo tengo miedo, y no precisamente por lo que veré en la película, sino por lo que puedo encontrarme o echar en falta.
Soy un fanático de el genero de terror, pero desde hace un tiempo e llegado a perder mucha de la anterior ilusión que tenia cuando veía ciertos trailers o argumentos por el simple echo de que la película solo tenia eso, esas escenas que se veían en el trailer cuando el trailer debería ser un reclamo para ver las mejores escenas de dicha película. (Un poco enrevesado pero creo que se entiende) Es mas, en muchas ocasiones, cuando estoy viendo la película susurro suavemente "ahora" para que mi chica (si me escucha) sepa que viene un susto, y realmente acierto en la gran mayoría de las ocasiones por el simple echo de haber visto el trailer o por que el guionista no sabe como ocultar los momentos donde  viene un pobre "bu" seguido de música estridente, o todo lo contrario, también e visto el exceso de dichos sustos casi rompiendo el ritmo de la filmación solo para hacernos saltar de la silla cada tres minutos. Lo siento pero no, amigos guionistas de pacotilla de Hollywood, eso no es buen cine, ni los sustos premeditados ni el ametrallamiento de estos, para mi esto es solo un reclamo para pequeños grupos de adolescentes que quieren saber quien es el mas valiente y eso es perder la esencia de uno de los géneros que mas a dado en la historia del séptimo arte.
¿Donde están esos momentos de tensión? ¿Donde esta esa sensación casi de pánico que te obligaba a gritar "¡Detrás de ti!"? ¿Donde esta la originalidad? 
No quiero decir con esto que considere que todas las películas de terror que ahora llegan a los cines sean malas, ni mucho menos, disfrute de una buena película y de un gran final en Insidious 2 (al contrario que en su primera entrega, y obviando el echo del sonido estridente a principio y final de la misma) y de muchas mas, pero... es que muchísimas de ellas son insalvables, como la máxima representación de esta critica, la película Mama, es la primera película en la cual me quede dormido, un guion sin originalidad, unos personajes que no llamaban demasiado la atención, fallos clarísimos... y un monstruo que asusta desde manchas de humedad, una mezcla que explota en tu cabeza y te hace exclamar "Vaya mierda" a no ser que seas un quinzeañero vacilando de lo valiente que eres al ver estas películas llenas de screamers vacíos sin sentido.
En resumen, dentro de unos días espero ir a ver la anteriormente mencionada pelicula y ojala vuelva con la sensación que cada vez tengo menos cuando voy al cine, la sensación de no haber malgastado mi dinero.
Si queréis saber como a ido, visitad el blog de El sueño de Thyra, en el cual mi escritora favorita subirá su opinión sobre la película (espero).
¡Un saludo!


martes, 30 de septiembre de 2014

Alternativo

Ya hace bastante desde la ultima vez que subí algo aquí, no estaba inspirado la verdad, espero que pueda volver a subir mas a menudo y con mayor calidad pero eso solo el tiempo lo dirá, 
Hoy traigo un texto en el cual soy yo en un mundo alternativo, en el cual solo una cosa a cambiado, muchas veces me referiré a mi como chico y otras veces como hombre, eso es debido a que por mi edad me considero joven pero en ese mundo por dentro me siento bastante mas mayor, dicho esto aquí lo tenéis:


Oh mierda es ella.
Se quedo parado en la acera, esperando a que la figura de la mujer se perdiera en el mar de gente y edificios, su mirada casi vacía reflejaba un dolor mas allá del físico y su cuerpo temblaba como una hoja a punto de caer.
Se dio la vuelta y caminó en dirección contraria a la mujer, no quería volver a verla, su instinto le avisaba que quizás la próxima vez tendría que acercarse y quizás incluso hablarle, y no podía permitir eso, solo le causaría mas dolor.
Se sentó en el banco y marcó el numero de uno de sus últimos amigos de la infancia, a los veinte minutos llego y se sentó a su lado. Chocaron sus puños y comenzaron a hablar de las clases, del ultimo partido de fútbol, de los últimos fichajes de sus respectivos equipos y todo lo que comentaban siempre que se veían, sin embargo, Oscar le miro y le noto algo extraño.
-¿La has vuelto a ver no?-dijo mirándole fijamente
El chico suspiro y saco un paquete de tabaco, se encendió un cigarro y mientras soltaba el humo de la primera calada susurro lentamente.
-Si, últimamente la e visto bastante... es duro incluso después de tanto tiempo.
-Ya... siempre estas así cuando la ves, se te nota en la voz y en la mirada.
Era cierto, no era la primera vez. Cuando la vida le golpeaba su mirada se volvía oscura, sus ojos castaños se volvían casi negros, llenos de amargura, y su piel tostada palidecía.
-Estas demasiado delgado, ya no vienes a jugar a fútbol, ya no pareces el mismo de antes, te estas consumiendo-le dijo Oscar en un tono preocupado- ademas. ¿No lo habías dejado?
El hombre dio varias caladas, y apoyó la espalda contra el banco.
-Si, cuando la conocí. ¿Pero eso ya no importa no?- sonrió amargamente- Ahora ella es feliz y es lo que importa.
Oscar suspiró y se levantó para ir hacia la fuente mientras miraba su teléfono. El chico decidió levantarse y seguir a su amigo, pero entonces lo vio.
La mujer reía mientras abrazaba con un brazo la cintura de un hombre, el hombre le sonrió y bajando la cabeza le dio un beso en los labios.
-Tío, nos vemos otro día, me tengo que ir- dijo el hombre y después de chocar rápidamente el puño a su desconcertado amigo salió corriendo.
Las piernas, después de meses sin ser ejercitadas le dolían, pero no paró, los pulmones le abrasaban por la nicotina, pero no paró, las lagrimas le emborronaban la vista, pero no paró.
Como aquel día, el cuerpo le ardía, por eso se quitó la camiseta y la arrojó en un descampado. Lo único que ahora le abrigaba del frio invernal era la gran chaqueta de cuero negro gastado que siempre le acompañaba. Siguió su camino corriendo con todas sus fuerzas, mientras una ligera lluvia comenzaba a mojar toda la calle y el cuerpo del chico, pero eso no lo detuvo, atravesó toda la zona industrial hasta llegar a las afueras de la ciudad a un parque que, por razones obvias, estaba vació de niños. De pronto, cayó al suelo, la cabeza le daba vueltas por el mareo y sintió como el estomago le rugía, quizás hasta habría vomitado algo si aquel día hubiese comido. Respiró entrecortadamente con la cara en el frío y mojado suelo, hasta que se le aclaró la cabeza, se levantó y fue a sentarse en los columpios que tenia a su lado.
Sacó su móvil y vió dos mensajes, uno de su amigo, preguntándole el porque de su precipitada marcha y otro de su madre, que le preguntaba donde estaba, el hombre simplemente apagó el móvil y se columpió durante unos segundos, metió la mano en el bolsillo y sacó otro cigarrillo, el cual encendió con dificultad por la lluvia que ahora caía mas intensamente. Saboreo cada calada, observo fascinado como se quemaba el papel que envolvía el tabaco, incluso se quedó mirando como caía la ceniza al no poder sostenerse mas.
Cuando lo terminó se levanto de banco y caminó hasta el puente, la barandilla evitaba una cada de varios metros que se podía “amortiguar” por unos dos centímetros de agua del pobre rio de su ciudad.
Se apoyo y cerró los ojos, la vió a ella, a la mujer que amaba, al abrirlos, su determinación estaba clara, retrocedió varios pasos y con toda su fuerza arrojo el paquete de tabaco y el mechero al agua que tenia ante el. Aspiró aire y grito con todas sus fuerzas, un grito parecido al aullido de una bestia, sus ojos se volvieron castaños de nuevo, su piel adquirió su tono moreno que había perdido y la determinación marco su rostro, lo había decidido, eso no era el final, ella quizás no seria suya, pero encontraría el modo de mostrarle cuanto la amaba, le mostraría que el era lo mejor que le podía pasar, y se juro a si mismo que, al final, ella seria la mujer mas feliz del mundo.
-Que hambre- dijo sonriendo por primera vez en meses- ahora empieza lo bueno.


Comenzó a caminar hacia su casa, ya no habrían mas mareos, ya no habría mas llantos, ahora solo quedaba esperar... y aprovechar su oportunidad.

martes, 10 de junio de 2014

Black Gun: tercera parte

Al final e conseguido terminar el proyecto que tenia entre manos mucho antes de lo esperado, y por eso traigo hoy la tercera entrega de Black Gun, en la cual empieza una nueva rama de la historia que se ambienta en el pasado. Dicho esto, espero que lo disfrutéis tanto como yo lo e echo escribiéndolo.


La sala de espera era espaciosa, un televisor de ultimo modelo emitía un nuevo episodio de Mr.Bean
que ninguno de los presentes miraba. En las sillas de la habitación estaban sentados dos hombres con claros síntomas de nerviosismo (uno de ellos no paraba de morderse las uñas y el otro apretaba fuertemente un mechero) y una mujer con una expresión neutra en la cara y la mirada perdida.
De pronto se abrió la puerta de la sala provocando que los dos hombres dieran un pequeño respingo al ver a una mujer vestida de enfermera asomarse a la sala.
-¿Andrea?-pregunto con una cálida voz y miró a la mujer la cual se levantó- adelante por favor.
Andrea recogió su chaqueta y su pequeño bolso y se dispuso a salir de la estancia.
-Buena suerte-susurro el hombre del encendedor.
-Si estoy aquí es por que no tengo- respondió la mujer mientras abría la puerta y salia al pasillo.
La enfermera le sonrió amablemente y caminó hasta llegar junto a una puerta transparente que dejaba ver su interior en el cual había una ducha desinfectante.
-Cuando entre quítese la ropa y déjela en una esquina, al otro lado encontrará ropas esterilizadas, después continúe y entre en la siguiente estancia, la recibirán enseguida.-dijo jovialmente la mujer.
Andrea entró en la pequeña cámara, se desnudó dejando ver un joven cuerpo de veinte años, se soltó su melena color azabache y empujó con el pie la ropa a una esquina. La ducha se accionó de golpe, sobresaltándola y congelandole el cuerpo con un vapor blanco que terminó tan abruptamente como empezó. La puerta contigua se abrió y la joven recogió y se vistió con ropa interior impecable y un camisón sin mangas, avanzó hasta la puerta y la abrió con seguridad.
Al entrar observó una mesa con dos sillas y una camilla junto a ella, pero se sorprendió al ver también un extenso laboratorio separado de la estancia por un cristal que permitía ver a varios científicos moviéndose de un lado para otro.
-Bienvenida, por favor siéntese y firme el acuerdo de confidencialidad- le dijo un hombre con una mascara que le cubría la boca y la nariz y vestía un uniforme de médico.
La mujer apartó la silla, garabateó una firma en los documentos sobre la mesa y se tumbó en la camilla, el hombre hizo un gesto a uno de los científicos, el cual asintió y le pasó por una pequeña obertura del cristal una jeringuilla con un liquido totalmente negro en su interior.
-De acuerdo, le administraremos el fármaco D-324, le administraremos una dosis muy pequeña de dos mililitros y repetiremos el proceso semanalmente durante un mes que debería aumentar levemente su musculatura y mantenerla en un estado de alerta pasajera.¿Lo a entendido?- dijo el hombre de la mascara.
-Perfectamente.¿Me dolerá?- susurró Andrea y se avergonzó de la pregunta al instante de formularla.
-Es como una picadura de abeja, pero no se preocupe, no suele durar mas de tres segundos- dijo el hombre mientras preparaba la inyección.
Andrea supo que sus palabras habían sido mentira justo cuando el fármaco entró en su torrente sanguíneo, el dolor se le alargo durante interminables segundos en los cuales empezó a experimentar un calor intenso por todo el cuerpo.
-Puede marcharse, vuelva el lunes que viene, o iremos nosotros a buscarla, el dinero acaba de ingresarse en su cuenta.Hasta la semana que viene-ordenó el doctor el cual se había quitado la mascara dejando ver el rostro de un hombre joven de cabello castaño y unos rasgos duros y perfilados
La mujer parpadeó unos segundos, se incorporó y aun aturdida salió de la sala.
El hombre escribió unas notas en una libreta y se giró para hablar con uno de los científicos.
-¿Es ella?-dijo el hombre recogiendo la jeringa y arojandola a una papelera.
-Si, ella es el futuro-confirmó el doctor guardando su libreta en un cajón del escritorio de la sala.
-¿No cree que diez mililitros la mataran antes de que salga del edificio?-preguntó el hombre
-No, a ella no-dijo el doctor abriendo una carpeta que había sobre el escritorio- tiene la ventaja de que comparte la carga.
De la carpeta sacó el historial médico de la joven, pasó a la ultima pagina y sonrió ante la palabra “embarazo”.

lunes, 9 de junio de 2014

Semana sin Black Gun

Esta semana por varios motivos no podre subir la tercera parte de mi historia principal debido a que estos días estoy muy ocupado con un proyecto mucho mas importante, mas importante que la mayoría de las cosas diría yo. Sin embargo i consigo sacar un hueco subiré un pequeño adelanto de lo que esta por venir.
Mis mas sinceras disculpas

Wolfheart

martes, 3 de junio de 2014

Black Gun: Segunda parte



-¡Mátalo!-rugió uno de los asaltantes a su compañero al ver que David se ponía a tiro.
Pero David ya no escuchaba, sus ojos brillaban de manera antinatural, el mundo para el había cambiado, los olores, colores, sonidos... para el ya no era relevante nada excepto sus objetivos.
De un movimiento increíblemente rápido esquivo las balas, y saltó apoyándose en la barra.
Vio como una gota de sudor caía por una de las mejillas de el asaltante mas joven, vio como también tenia una herida en la mano derecha, también vio que su cómplice llevaba un anillo de casado.
Una lastima... Pensó David justo antes de aplastar la cabeza al hombre casado con su arma y accionaba el gatillo volandole la cabeza al segundo.
El silencio reinó tras la tempestad de ruido que había sucedido momentos antes. David suspiró y comenzó a saquear los cadáveres. Doce dolares y tres cargadores llenos de balas con Scythe, un botín nada despreciable, que junto con las pocas balas malgastadas se convertía en un buen día para el joven.
Sacó el mobil, tecleó un numero y mientras se volvía a colocar las gafas de sol comenzó a hablar.
-¿Solucionado?- preguntó una profunda voz de hombre.
-Si, tres Hunters y un civil infectado. Tres cargadores llenos de Scythe y calderilla.-Respondió secamente.
-¿Scythe? Creía que ya no había mas mierda de esa en la calle...-dijo la voz masculina.
-El mercado negro siempre tendrá, el jefe no lo entiende pero creía que tu si Sergio, tu lo has visto con tus propios ojos.-contestó el joven
-No quería creerlo, el pago te espera donde siempre, cuando quieras pásate por la central.-dijo Sergio.
-Algún día...-susurro David y colgó.
Se recolocó la gabardina y salió del local a la fría ciudad, los altos edificios apenas dejaban ver el cielo, un cielo lleno de contaminación lumínica con lo que el joven se lamentó de no poder mirar a la luna y comenzó su regreso a casa palpando los cargadores de sus agresores en el bolsillo.
Se repugnó solo de saber lo que contenían, Scythe era un arma biológica creada para devastar las filas enemigas con pocos disparos. Provocaba una inmediata subida de adrenalina en cuanto entraba en el torrente sanguíneo y tras unos segundos el químico enturbiaba el pensamiento dejando solo un miedo instintivo que daba paso a atacar a todo ser vivo cercano. Y como toque final... unos ojos rojos debido al exceso de sangre que se acumulaba en la cabeza que acababa en derrames internos y finalmente, la muerte.
David Caminó distraidamente hasta llegar a un edificio, donde subió hasta la duodécima planta y entró en su piso.
No encendió las luces de su pequeño apartamento, simplemente caminó a ciegas hasta la habitación donde estaba su cama, se desnudó y se puso a dormir.









-¡Es un monstruo! No deveria vivir con las personas normales!-gritó una voz femenina.
-¡Escoria! ¡Mereces morir!-gritó una voz masculina.
-¡Aléjate de mi! ¡Te odio!-Grito otra voz de hombre.
-Si no hubieras nacido todo iría mejor...-Susurro una voz de mujer.
Una imagen lenta, de una mujer joven corriendo con un cuchillo, un grito, un destello y un dolor en la hombro derecho.
David se despertó sudando, con las respiración agitada y la mano sobre la cicatriz que llevaba en el hombro.
Se recostó en la cama y volvió a cerrar los ojos, pero la imagen de la mujer continuaba ahí. Por lo que pasó el resto de la noche en vela, esperando el amanecer y la nueva tarea que seguramente vendría.





















domingo, 1 de junio de 2014

Miedo 2: Un nuevo temor

Cuando un miedo parece que a desaparecido normalmente lo ocupa otro, mas grande y mas fuerte que el anterior. Tengo la teoría de que el miedo no solo nunca muere, sino que siempre a sido el mismo, desde que nacemos con nuestros temores de monstruos hasta que nos hacemos adultos y tememos el fin de mes. El miedo nos acompaña, un miedo que se transforma y con su nueva cara nos ataca a la arte mas profunda de nuestra alma.
Nuestra atención es lo que nos crea ese miedo, las partes mas importantes de nuestra vida son las que tememos perder, por ello el miedo ataca esos puntos que tan necesarios son para nuestra existencia.

Si amamos, tememos, es una verdad universal, por ello me encuentro aquí, son las tres de la mañana, mi mente esta totalmente despejada y no creo que consiga relajarse, el temor que siento me corroe, sin embargo podre con el hasta que vuelva a por mi con otra forma, y le volveré a vencer, tan solo necesito una cosa... lo que creo que todos necesitamos en los momentos de temor, pero eso lo dejo a la imaginación de cada cual, pues todos tenemos una razón para luchar.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Nuevo Proyecto: Black Gun

Hoy traigo un nuevo proyecto que llevo pensando un tiempo, una historia que subiría de manera semanal, aun es un proyecto muy joven por ello pido disculpas por el ritmo pausado y los errores en la escritura.
¿De que trata? Ni yo mismo lo se del todo, me dejare llevar, abarcaré muchos temas y muchos conceptos pero todo le sucederá a un personaje el cual es una de las partes mas importantes de una organización que no es del todo trigo limpio. Por ellos vivirá ciertas situaciones que pondrán al limite sus habilidades sobrehumanas contra otros humanos y otras cosas... pero no quiero adelantar nada, ojala pueda tirarlo adelante y que pueda disfrutarlo la gente leyéndolo tanto como yo escribiéndolo.

1

David entró en el bar y se sentó en la barra, casi al instante el camarero se le acercó. Era un hombre de unos cuarenta años con una incipiente calva y una barriga que comenzaba a mostrar una dieta a base de cerveza y comida basura.
-¿Que te pongo?- le dijo a David apoyándose en su mano derecha.
-Una cerveza. Ten, quédate el cambio- contesto David ofreciéndole un billete de diez.
El barman rápidamente colocó la botella en el mostrador y se quedo mirando a su cliente unos segundos. La gabardina de cuero negra casi le llegaba a los tobillos, la parte delantera al estar abierta mostraba una camiseta azul oscuro y un tejano oscuro desgastado. Tenia el cabello totalmente peinado hacia arriba a excepción de un pequeño mechón que rozaba sus cejas. Pero lo que mas le llamó la atención era que aun siendo de noche aquel hombre seguía llevando unas pequeñas gafas de sol negras que ocultaban sus ojos. Todo ello junto con un físico nada despreciable asustó un poco al hombre que comenzó a pensar si formaría parte de alguna nueva banda de la ciudad.
-¿Pasa algo?- dijo el joven al camarero haciendo que diera un respingo
-Nada, nada- exclamo el barman al salir de su ensimismamiento- tan solo es que no suele venir gente como tu por aquí.
-Ya veo... bueno, no importa, tampoco me quedare mucho- suspiro el joven y se dio la vuelta acabándose de un trago la cerveza al tiempo que tres hombres se levantaban de la mesa de fondo del establecimiento.
Antes de que el barman se diera cuenta David saco de su gabardina una pistola, tan grande como su brazo, y disparo un solo tiro que destrozo la cabeza del hombre central.
Los otros dos comenzaron a disparar con unos subfusiles que habían escondido tras las sillas y una de las balas hirieron al hombre tras la barra, mientras que David saltaba y se escondía junto a el.
De pronto el camarero comenzó a convulsionar y tras unos segundos miró a David con unos ojos que rápidamente se tornaban de un rojo apagado.
-Lo siento.
Tras decir eso el joven le apuntó a la cabeza y le disparó haciéndola desaparecer en una nube de humo y sangre.
Los dos agresores que seguían en pie continuaban disparando, la lluvia de balas parecía interminable y David suspiró, alzó la mano y se quitó las gafas dejando ver unos ojos color esmeralda que brillaron en la oscuridad de su escondite.

Tras esto se levantó...