No
suelo creer demasiado en el karma, lo cierto es que la mayor parte de
mi vida e pensado que no existía tal cosa. Sin embargo hará ya mas
de un año me ocurrió una cosa que creo que vale la pena contar ya
que me sorprendió y me invitó a pensar si realmente el karma afecta
a la vida de las personas.
Un
día como otro cualquiera, viajaba en el mismo bus que siempre, a la
misma hora que siempre y con las mismas personas de siempre, cuando
en una de las paradas subió un hombre de unos treinta años que
comenzó a hablar con el conductor. Me extraño que el bus no
arrancara y me quite los cascos que siempre llevo en los viajes,
entonces escuche como aquel hombre suplicaba al conductor que le
dejara subir, que no podía pagar el billete pero que necesitaba ir a
su oficina o si no le despedirían. El conductor se negaba una y otra
vez, argumentando que las normas eran claras en ese aspecto, y que se
bajara del bus, a lo que el hombre suplicaba cada vez mas alterado y
con una expresión de miedo en su cara.
Mire
a los demás pasajeros que ya conocía de vista, ninguno de ellos se
movía, todos hacían oídos sordos al espectáculo que se mostraba
ante ellos y miraban sus móviles o por la ventana. Al ver esa
situación me levanté y simplemente saque mi cartera y le entregue
al conductor un billete de cinco euros que el miro sorprendido.
Le
dije que ya pagaba yo el viaje, y el me miro con cara de incredulidad
pero me dio el cambio y arranco el bus. El hombre, ya aliviado me
miro y susurro un gracias mientras yo me sentaba en mi asiento y
volvía a mi mundo colocándome los cascos.
Dos
meses después esperaba en la estación del autobús, nervioso, había
gastado mi ultimo viaje en la ida y nadie podía venir a buscarme en
coche a esas horas, por lo tanto ya temía que debería volver a mi
casa andando lo que me suponía unas dos horas de camino en plena
noche, con unas bota con punta de hierro y una mochila cargada de
libros. Cuando estaba a punto de empezar a caminar un extraño me
paro y me entrego una tarjeta nueva de diez viajes para el autobús y
tras sonreírme y darme la mano se marcho. En un primer momento me
extrañe muchísimo, no conocía a aquel hombre y no sabia el porque
me había entregado la tarjeta ni por que me había estrechado la
mano, era muy extraño. Pero el bus que debía tomar apareció por la
calle y me subí en el.
Como
todos los que lean esto ya supondrán, era el hombre al que dos meses
atrás le pague un simple viaje para ir al trabajo. Aquel hombre al
cual ayude, ahora me había salvado de un largo y frío camino a
casa, y un sentimiento de felicidad me lleno por completo.
Esta
historia es completamente real, no e visto mas a aquel hombre, quizás
por que aquel día no funcionaba su coche o por que quizás era una
hora a la cual el no estaba habituado a ir en el transporte publico,
no lo se, lo que importa es que ambos nos cruzamos en un momento de
dificultad y ambos nos ayudamos. No se si a esto se le puede llamar
karma o es simplemente una coincidencia pero... es algo que creo que
merece ser recordado y que invita a pensar sobre ello.